Usted
nunca sabrá a qué huele mi cama,
ni sentirá mi calor yacente.
Usted nunca soñará mis sueños,
ni dirá su verdad entre mis sábanas.
Usted nunca sentirá mis lágrimas,
ni escuchará su nombre seguido de un te amo.
Usted no existirá nunca...
Caracas, 2006
20 julio, 2008
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