01 abril, 2011

Olympia






Recostada entre almohadones, sin recato alguno. Desafiante. Provocativa. Sensual...Evoca una odalisca yacente, sobre un mantón oriental. Totalmente desnuda, sólo una ínfima parte del bello cuerpo cubierto: el cuello, con una cinta negra. Se dejó una zapatilla de tacón, para un toque de fetichismo. Un toque coqueto: en el cabello recogido la orquídea. Una flor con connotaciones eróticas: la vulva, y un brazalete metálico en el brazo derecho. Su otro brazo reposa sobre el terso vientre. La mano oculta delicadamente el pubis. Sin actitudes vergonzantes, demuestra quien es: una cortesana de alto vuelo en el Paris de l800… El rostro de Olympia refleja altivez: ve con descaro al espectador, como si de un cliente se tratara. Maliciosamente retadora… La composición incluye además: la mucama de turbante, negra y rolliza quien carga un bouquet de flores, quizá obsequio de algún cliente y el gato negro que se despereza a los pies de su ama…


Olympia fue real, vivió y tuvo mucha notoriedad y cierta influencia en los círculos sociales de París. Pero esa notoriedad no sería suficiente para pasar a la posteridad. Siempre estará en deuda con Edouard Manet, quien la convertirá en su modelo favorita y la presenta en varias de sus pinturas. La obra como tantas otras del impresionismo fue rechazada y vilipendiada como escena de burdel... Descolgada del Salón de París, finalmente –con escándalo y todo- se exhibió en la Exposición Universal de 1889. Con el correr de los años ahora está privilegiadamente situada en el Museo D´Orsay... Manet aparte de pintor impresionista, era un pequeño burgués muy apegado a los cánones de comportamiento de su clase: un señor muy elegante, cuidadoso de su físico y del entorno social donde se desenvolvía. Especialmente atento con las damas. Lo que se dice un hombre encantador, un flameur… ¿Hasta dónde llegó su adoración por Victorine Meurent –así se llamaba la modelo- que con su maestría la reflejó tan hermosa y sexualmente apetecible?… O la escudriñó Manet, bajo su mirada de pintor, como una vestal digna de preservar… Quizá en la pintura reflejó el goce que obtenía con sólo mirarla... Acaso su relación sería puramente profesional... ¿La profesión de ella o la de él ?


El poeta Paul Valery le dedicó unas frases que refleja el influjo que desató Olympia en los hombres que se detuvieron ante el cuadro: “La pureza de un trazo perfecto esconde a la Impura por excelencia, aquella cuya función exige la ignorancia sosegada y cándida de todo pudor.” El escultor Rodin manifestó: “Una mujer que se desnuda es una imagen fulminante, como el sol que traspasa las nubes” ... Más recientemente Foucault dijo de ella: “Nuestra mirada, aporta la luz… Nosotros somos por lo tanto responsables de la visibilidad y de la desnudez de la Olimpia. Todo espectador se encuentra por lo tanto necesariamente implicado en esta desnudez. Se ve cómo una transformación estética puede provocar el escándalo moral.”A través del tiempo Olympia no ha pasado desapercibida, si este era el objetivo, se ha logrado. Aparte de los estudios críticos sobre la pintura, se han realizado acerca de ella, análisis semióticos, que ya es mucho decir. ¡Nunca imaginaste Victorine que trascenderías con tal alcance! Tú una cocotte cara, pero puta al fin. Una interrogante que llama la atención es por qué el artísta no utilizó el verdadero nombre de la conocida modelo, para titular su obra. Quizá Manet deseó homenajear a otra omónima: Olympia de Gouges, quien en plena revolución francesa solicitó "Los derechos de la mujer y la ciudadana", pero los tales "revolucionarios" muy "ilustrados" ellos, no dejaban de ser machistas y prefirieron enviarla al cadalso.



¿Qué moviliza hoy Olympia en el espectador ? En esta época de revistas Play-boy y pornografía pura y dura donde nada se deja a al imaginación, factiblemente Olympia -desde el punto de vista erótico- pase sin pena ni gloria, aparte de destacar la belleza de su cuerpo femenino. No obstante para mí no ha perdido su atractivo estético ni sexual... Olympia nos sigue retando: nadie pasa delante de ella sin detenerse, para bien o para mal...





Caracas, marzo 2011

Ilustración tomada de la Web.